sábado, 29 de mayo de 2010

Lo de Luca


Desde el jueves 27 de este mes la casa donde Luca Prodan pasó sus últimos días abrió sus puertas como bar para los nostálgicos de Sumo, los cholulos del rock y otros que pasen por ahí.

El 17 de mayo, día en que El Pelado hubiese cumplido 57 años, fue declarada sitio de interés cultural por la Legislatura porteña y además se realizó un homenaje en el cual tocó su hermano Andrea Prodan con su banda Romapagana y La propina, el grupo de Ismael, hijo de Alejandro Sokol. También participó del festejo una orquesta de tango, con la bandoneonista Carla Algeri, que entre otros temas interpretaron Balada para un loco, mientras el cantante decía “Loco Luca, loco yo”.
“Aquí vivió sus últimos días Lucas George Prodan, voz y líder de Sumo. Luz, sonido y poesía en el rock nacional”, dice la placa colocada en la puerta de su casa a raíz del proyecto de declararla como lugar histórico. Claramente este pedazo de ciudad en Alsina 451, a una cuadra de Plaza de Mayo, en pleno Montserrat, representa todo un ícono de la contracultura de los 80’, del rock que identificó a mucha gente y que lo sigue haciendo. “Luca no murió” dice la frase popular y puede que esto sea así por la carga cultural que dejó en la música argentina y por su espíritu rebelde que le pasó por encima a tanta hipocresía instalada.
Luca no es mito pero tampoco fue sólo un músico. Fue un hombre que trajo una magia especial a Buenos Aires y la dejó arraigada para siempre.

0 comentarios:

Publicar un comentario